BLOG

Never turn your back to the Ocean

27 de mayo de 2020

Si viajas por la costa del Pacífico de Estados Unidos y te adentras en una playa solitaria, puede que leas este cartel. Y es que las olas del océano Pacífico llegan con mucha fuerza y, si andas despistado, te arrastran mar adentro.

Del mismo modo, en el mundo de la empresa debemos estar siempre alerta, y no dejar que las olas del cambio nos cojan por sorpresa. Dejar de mirarnos el ombligo de nuestra empresa y mirar hacia afuera, ahí donde nacen las olas y las oportunidades.

Grandes y pequeños nos enfrentamos a los mismos retos; evolucionar y transformarnos, para seguir siendo atractivos ante nuestros clientes. Sabemos que no hay mayor riesgo que seguir haciendo lo mismo, durante demasiado tiempo, y que las ventanas de oportunidad se abren y cierran a gran velocidad.

Sin embargo, transformarse mientras se mantiene el ritmo de las operaciones diarias supone un gran stress para todas las organizaciones. La tentación de parar el cambio y tomarse un momento de respiro es muy grande. Por inocuo que parezca, es la causa del porqué la mayoría de los proyectos de transformación fracasan.

Desde Oceanis, estamos involucrados en diferentes proyectos de transformación, desarrollando estrategias de comunicación interna, que iluminan y dan un mayor contexto a la nueva visión y estrategia de la compañía.

Esto nos permite participar de intensos debates con los equipos directivos, acerca de cómo afrontar el cambio interno, cómo trasladar esa necesidad a la organización, cómo ser coherentes y consecuentes con los mensajes que se lanzan, y de las mejores estrategias para ganarnos el apoyo y compromiso de los empleados.

Hemos podido comprobar que, a una visión inspiradora e ilusionante, le sigue siempre unos cambios de comportamientos, que generan diferentes niveles de tensión entre los equipos. Pero no debemos huirla; la tensión es el precio de admisión para generar algo innovador y realmente transformador. Si no hay tensión, no es verdadera transformación.

A modo de resumen del año, he intentado centrar el aprendizaje de estas charlas sobre el cambio en 7 grandes claves, con la intención de que sirvan de guía para todos los valientes e inconformistas que inician su propio proyecto de transformación cultural:

1. La importancia de las emociones

Para que una iniciativa de transformación cultural tenga éxito, los aspectos humanos, emocionales y de comportamiento deben abordarse tan a fondo como los procesos operativos o financieros. Muchos líderes prefieren ignorarlo y concentrarse en aquellas áreas en las que se sienten más cómodos, olvidando que, para poder implementarlas, se requiere que la gente piense y actúe de forma diferente.

2. Nadie dijo que fuera fácil

Los procesos de cambio no son rápidos, ni fáciles, y por momentos, tampoco amables. Suponen un arduo viaje, personal y colectivo, de exploración y aprendizaje, hacia nuevas formas de comportamiento. Por otro lado, no todo es negativo, también puede ser una etapa muy estimulante y aportar las mejores experiencias humanas y profesionales.

3. Un proceso dinámico e imperfecto

“El Cambio” es una serie de procesos dinámicos, más que una sucesión de eventos encadenados. Los cambios de comportamiento son procesos emocionales y, como tales, difíciles de planificar. Aprender a manejar como líderes estos intangibles requiere habilidad, empatía, tiempo y atención. Es difícil impulsar un mensaje de cambio cuando, por otro lado, se exige que todo salga perfecto. Las empresas que valoran los números y objetivos por encima de todo, y temen los fallos, dejan poco espacio para la creatividad y el aprendizaje de lo nuevo.

4. Todo nace de un propósito personal

No cambian las organizaciones. Cambian las personas. El cambio personal exige un gran coraje, para mirarse al espejo y decirse a uno mismo: “Necesito pensar y comportarme de forma diferente, tomar nuevas perspectivas, explorar nuevas actitudes, abandonar viejos hábitos y tener la constancia necesaria para aprender nuevas habilidades”.

Not an easy task!

5. No es lo que dices, sino lo que haces

Solo se puede liderar el cambio desde el ejemplo, la constancia y la coherencia en las decisiones. La falta de alineamiento entre el equipo directivo es la causa más común de fracaso en los procesos de transformación cultural. Muchos líderes se apresuran a dar por completado el cambio, justo cuando es más necesario su involucración y compromiso para consolidarlo.

6. Persistir y no desfallecer. No hay plan B

Nadie ha escogido el cambio. A todos nos ha forzado la necesidad. Renovarse, evolucionar, adaptarse e ir más allá, es una necesidad y también una oportunidad, que no todos los directivos tienen el valor de afrontar. El esfuerzo de las organizaciones por estar al día se asemeja a empujar una gran roca montaña arriba. Deja de empujar y la piedra no se quedará en su sitio, rodará hacia atrás. Es arriesgado empujar, pero lo es más dejar de hacerlo.

7. Sé el primero en confiar

Para sobrevivir en este entorno, las organizaciones y sus líderes deben, fundamentalmente, cambiar el chip y abrirse ellos mismos a la innovación. Y esta solo florece en ambientes de confianza. Y para generar confianza hay que creer, arriesgarse y ceder el control. Confiar en tu equipo, para que se sienta con la seguridad para actuar, no solo obedecer, y sacar todo el talento que lleva dentro.

Si tomamos consciencia de estas claves, entenderemos la naturaleza y dificultad del cambio en las organizaciones. A partir de aquí, podemos desplegar un plan de acción que incluya el reconocimiento de la necesidad, una visión de futuro hacia la que apuntar, comunicar, facilitar, acompañar y persistir, nunca desfallecer, hasta generar una cultura resiliente y abierta al cambio.

Hay empresas muy robustas pero poco resilientes. Y cuando llega la ola del cambio, no tienen la flexibilidad para ceder y adaptarse. Se mantienen firmes e impertérritas, hasta que la fuerza de la ola se las lleva por delante. Y es que las olas del cambio son muy poderosas. Aprovecharlas es una gran oportunidad que, como empresarios, no podemos dejar escapar.

¡Alerta, que viene una, no les des la espalda!

Otros Artículos