Tradicionalmente, las empresas han reservado sus mejores galas para comunicarse con el exterior y potenciar su imagen de marca. Sin embargo, estamos viviendo en los últimos años un giro hacia el interior de las organizaciones, y los empleados comienzan a ser tratados como lo que realmente son: el activo más importante de las empresas.
Welcome to the People Business!
Quizás no es tanto que se hayan descubierto las bondades de la comunicación interna, como que el método tradicional de dirigirse a los empleados ha dejado de funcionar. Veamos porque:
Antes:
- Vivíamos en un entorno estable.
- Las empresas disfrutaban de ventajas competitivas sólidas y duraderas.
- Sus estrategias de negocio estaban basadas en certeras predicciones de futuro.
- Se ponía el foco en los procesos, para explotar de formar eficaz el negocio.
- Auge de los líderes carismáticos, que cuidaban y guiaban a sus subordinados.
- Se buscaba básicamente la obediencia.
- La Comunicación Interna se focalizaba en aquello que los empleados debían saber.
Pero esto ha cambiado, y ahora:
- Vivimos en un entorno inestable e incierto (VUCA).
- Las empresas se sostienen sobre ventajas competitivas temporales y transitorias.
- Sus estrategias de negocio se basan en la necesidad de adaptarse con agilidad al cambio.
- Foco en el talento de las personas, para explorar nuevas oportunidades de negocio.
- Auge de los líderes empáticos, que cultivan ecosistemas donde florece el talento y el liderazgo.
- Se busca el empoderamiento, la creatividad y el compromiso.
- La Comunicación Interna pone el foco en aquello que los empleados deben entender.
Este giro en las prioridades es, para los profesionales de Comunicación Interna, como el haber pasado de coordinar un programa nocturno de radio local, a dirigir las noticias en prime time de la mayor cadena de TV nacional. Es decir, un gran paso adelante, ponerse delante de los focos, liderar un proyecto apasionante y, por ello, también una gran responsabilidad.
De este modo, la Comunicación Interna pasa de un papel secundario -bombeando de forma indiscriminada mensajes e información poco relevante y fuera de contexto a toda la organización- a un papel mucho más estratégico, construyendo un relato que inspire y aporte una visión global de la estrategia de la compañía, dando razones para creer en el proyecto y motivos que justifican el esfuerzo diario que se exige a los empleados. En definitiva, para iluminar a toda la organización y lograr que todos apunten en una misma dirección.
Y esto, para todos aquellos que disfrutamos de los retos a los que se enfrentan las empresas, es uno de los desafíos más apasionantes que hay en la actualidad.
Porque iniciar un proceso de transformación cultural y/o digital significa iniciar un viaje, un camino que no va a ser fácil y que, solo unidos, sacrificando la comodidad personal por el bien común, pueden las organizaciones llevarlo a cabo con éxito.
Y ahí estaremos los sherpas de la Comunicación Interna, mirando al horizonte, compartiendo los beneficios que se vislumbran a lo lejos, animando, inspirando y guiando a los empleados a través de sendas de estrategias cambiantes, hacia un objetivo de progreso común, impulsando una nueva propuesta de valor que haga a la empresa más atractiva y relevante ante sus clientes.
El liderazgo se basa en la comunicación. Y para inspirar a su gente necesita una historia bien contada. Porque sin relato no hay viaje de transformación.
Are you ready to change?